Dorian

Príncipe ignorado


Príncipe ignorado

Cuando nació ya no estaba allí, condenado a vivir... Huyó hasta que consiguió traspasar con una espada de acero forjada los 18 años, algunas lenguas decían que era un príncipe al que lo arruinó el olvido, sus exnovias se preguntaban el por que tanta gente coleccionaba mariposas disecadas y ellas se quedaban con los capullos vivos . Recuerdo que me lo encontré llorando en la basura, me lo llevé a casa ahogado en llanto, a penas se movía y me costó mucho ayudarle a subir las escaleras hasta el ático. Solo disponía de una habitación así que él se conformó con quedarse en el lavabo. Cada vez que lo despertaba tenía la misma cara triste, sus ojos eran dos bombas de relojería, del mismo color negro que su pasado, su rostro vomitaba preguntas de pasadas respuestas falsas, su moral se quedó donde lo encontré y su vida se desmoronaba y caía por un abismo sin ni tan siquiera la compañía de su sombra. Un día encendí la luz del lavabo y me propuse hablar con el, no me miraba con admiración pero aún así me imitaba, mi forma de hablar, mis movimientos, mi voz... Poco a poco empecé a desconfiar de él, a penas entraba a verlo ni el podía salir, renegué completamente de su existencia y sus intenciones en volverme loco... Mentira, imposible tentación de abrir la puerta del lavabo aquella noche y encontrarlo colgado y sucio, no pude abrir los ojos, pero cuando cogí fuerzas vi que me estaba convirtiendo en un monstruo. Tenía dos opciones, ir al psicólogo o volver a tirar el espejo a la basura donde lo encontré.